Entrevista publicada hoy en el suplemento S! de Clarín:
La banda más elogiada del último tiempo y más reticente a la fama edita nuevo disco. En exclusiva, Alex Turner adelanta los detalles del notable "Hambug", en el que buscan una "expansión sónica".
"Fucking Brianstorm". Desde el sitio web oficial de Arctic Monkeys, los fanáticos se quejan del tema que abre el segundo de sus discos. Y no porque no les guste. Si en la época de Love Me Do, los seguidores acérrimos de los Beatles boicoteaban su primer single para que la banda no dejara Liverpool, los fans de los Monkeys hacen lo suyo. Y se lamentan por la explosión mundial de la banda que ellos no querían compartir con tanta gente.
Lo cierto es que los cuatro oriundos de Sheffield también revolucionaron la industria musical y, a poco de terminar la década, se convirtieron en uno de los pocos grupos memorables de estos años. Ahora con un tercer disco, Humbug, que en la Argentina se editará en septiembre, pero que tiene lanzamiento internacional el 24 de este mes.
-Es una poción más potente y un poco más dura que nuestros álbumes anteriores. ¿Te gustó el disco?
Alex Turner al habla, en una versión mucho más simpática y receptiva que como se lo ve en escena, aunque insistentemente tímida, que repite el nombre de una a lo largo del diálogo como una señal de amabilidad y pronuncia todo con ese acento cerrado del norte de Inglaterra. Sigue preguntando.
-¿Cuál es tu tema favorito?
-"Cornerstone".
-Qué bueno.
-Y, también, "Pretty Visitors", aunque son muy distintas.
-Sí, son como las dos caras del álbum. Pretty Visitors es un poco más frenética, se parece más a las canciones de antes. El baterista hizo un trabajo sobresaliente.
Entre todas las cualidades de Humbug, el disco tiene características aportadas por Turner y heredadas de su proyecto paralelo con Miles Kan, The Last Shadow Puppets. Sobre todo en la manera de orquestar. Clásico, pero con innovaciones, en tempos y estilos, como country & spaghetti western y territorios más pesados, con influencia de bandas como Black Sabbath.
-Antes abordábamos la grabación teniendo muy presente el show, con la idea de poder tocarlo en vivo si queríamos. Esta vez, en cambio, eliminamos la norma y nos sentimos más libres. Usamos órganos, por ejemplo. Además, los productores nos alentaron a hacer más solos de guitarra. Y yo compuse una de las melodías en piano.
-La más larga, "The Jeweller's Hands"...
-Sí. Ahí me di cuenta de que me gustaría dedicarme más a componer en el piano, es muy distinto de trabajar con la guitarra. Este disco tiene más de experimento: nos permitimos una expansión sónica.
En Humbug, como en los dos discos anteriores de Arctic Monkeys, las letras no sólo son fundamentales para entender por qué ellos sobresalen por encima de otras bandas: funcionan casi de manera autónoma, aunque perfectamente ensamblada a la propuesta musical. Como en la de Cornerstone, donde Turner traza de manera genial una narración de situaciones y personajes murakamianos para contar una historia de obsesión, amor y sumisión ("Ella estaba cerca, tanto que las paredes estaban mojadas/ y lo escribió en letras de molde: no, no podés llamarme con el nombre de ella"). Tanto les insistieron con las letras que, esta vez, prometieron publicarlas en el booklet.
-¿Es cierto que te robaron la notebook donde tenías todas las letras de "Humbug"?
-Sí, estaba en una valija que se perdió. Pero creo que eso me llevó a completar las letras de una manera distinta. Porque yo creía que me acordaba cómo eran pero, en realidad, no las recordaba del todo. Y las ideas que se me ocurrieron después fueron mejores, je.
"Amo ese jueguito que llamaste iluminar con las lágrimas", canta en la misteriosa Crying Lightning, "Todavía estoy tratando de entenderla, seguro lo haré mientras la vaya tocando", dice. Y cuenta que le gusta "la poesía de Dylan Thomas y también sus cuentos, en especial uno que se llama After the Fair".
-¿Qué es lo último que leíste?
-En los últimos dos años estuve tratando de ponerme al día con los clásicos. Leí El guardían entre el centeno, que nunca había leído. También Una chica popular, de Scott Fitzgerald. Y, ahora estoy leyendo La banda de la casa de la bomba y otras crónicas de la era pop, de Tom Wolfe.
-"Humbug" significa varias cosas diferentes.
-Sí, quiere decir engaño o broma.
-Y también es una clase de caramelo.
-Es que todas las definiciones de la palabra pueden aplicarse al disco. Este es un caramelo duro, mientras que los otros seguramente eran más masticables.
Alex Turner ya no reside en su ciudad natal: se mudó a un sitio más glamoroso ("ahora vivo en Nueva York"). Mientras, está de novio con una famosa: la modelo Alexa Chung. Esto, a pesar de su onda "chico sencillo" y de su fobia a las pompas de la fama, que lo empezaron a perseguir hace apenas cuatro años, cuando tenía 19.
-¿Te llevás mejor ahora con la celebridad?
-En realidad, no. Trato de no asomar la cabeza, si puedo.
-¿Cambió algo desde los primeros años?
-Muchas cosas: tenemos el pelo más largo.
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1 comentarios:
Esta buenísima la entrevista
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